Mi Amor:
Dejé de escribir como me lo pediste pero ahora te vas por una semana a San Clemente y necesito hacer un parate para pensar un poco todo esto que está pasando.
Empiezo por donde lo dejé, el miércoles 26 de Diciembre de 2012, el día que nos reencontramos. Llegaste más tarde de la hora acordada pero no me importó, había tardado mucho en prepararme, elegir la ropa adecuada y bañarme así que ya iba a salir tarde de casa. Además como tenía la rodilla mal, tardé mucho en llegar a la plaza. Entre pitos y flautas te habré esperado diez o quince minutos sentada en la palmera. Me llamaste cuando cruzaste la General Paz, como habíamos quedado. En ese momento me sentí más nerviosa que lo que había estado desde que me desperté ese día. Te atendí lo más normal y al ratito llegaste. Te vi acercarte con le pucho en la boca y "estallaron los vidrios de mi corazón". Tuve una mezcla de sensaciones muy loca y confusa.
El saludo fue anecdótico, por suerte en el momento no lo noté pero ahora que lo sé me da vergüenza de sólo pensarlo. Esquivaste mi beso dirigido directamente hacia tus labios, qué horror. En fin, estuvimos un par de horas poniéndonos al día, nada especial, y después nos fuimos para casa a ver The Vampire Diaries. Al final no vimos nada y esa fue la excusa para vernos al día siguiente.
Cuando llegaste a casa te tiraste en mi cama y me dijiste que después de dormir un rato ceíamos la serie. Yo me tiré en el piso porque no sabía realmente qué hacer, todo en vos indicaba que no querías nada conmigo. No sé cómo empezamos con una pelea tonta de almohadone y no dejarte dormir que terminó con vos encima mío contando hasta tres y dándome un beso realmente sorpresivo que, obviamente contesté sin pensarlo.
Hasta acá todo muy lindo, después viene la parte en la que me pongo a llorar y casi cago todo. Te dije que me ponía triste que ese beso no cambiara nada y que al día siguiente fuéramos a seguir siendo los mismos que éramos y ninguno quisiera volver con el otro. En ese momento te fuiste a fumar y nos llamaron a comer. Después de comer, a pesar de que ya querías irte, te pedí que habláramos una última vez para que las cosas no quedaran raras entre nosotros. En esa charla terminé de entender el por qué de todo, lo más importante, por qué me dejaste y por qué no vamos a poder terminar juntos. Vos, en tu existencia de misántropo, odiás tres cosas que considerás características esenciales del ser humano, esto ya lo dije: hipocrecía, estupidez y hedonismo. Estúpidamente decidiste creer que yo no era ninguna de esas tres cosas y que por eso era pura y perfecta para vos. Obviamente te decepcioné, y muy feo. Me viste horríblemente como soy. Pero bueno, volvamos a la conversación. Después de entender todo te pedí que fuéramos amigos y simplemente me dijiste que no, que cada vez que me vieras ibas a tener esa mínima esperanza de haber estado equivocado y te decepcionaría una y otra y otra vez como lo hice ese día. Dijiste que te había vuelto a demostrar que no entendía nada, que seguía siendo la misma que hacía tres semanas y que no sabía lo que un beso puede hacer (paréntesis: ahora te podría decir lo mismo yo a vos, imbécil). Como me puse mal porque esa iba a ser la última vez que nos viéramos, te pedí que me pusieras una cruz roja en la cara para no ilusionarte conmigo nunca más. Después de eso empezamos a recordar anécdotas de cuando estuvimos separados y vos me contaste lo del cuento de Coelho y tu plan frustrado por mi lesión de ir a verme a gimnasia el día de la lluvia y la cena de fin de año. No sé cómo terminamos en mi cama acostados leyando una carta que nunca te había dado. Se dio otro hermoso beso y empezaste a mirarme de esa forma... como cuando estás enamorado. Entonces empecé a decirte que no fueras tonto, que yo no era la mujer para vos y que seguía siendo la misma hipócrita hedonista que habías querido dejar unos minutos y unas semanas atrás. "Seguís sin entender lo que un beso puede hacer" me dijiste, y empezó la lucha entre tu mente y tu deseo. Te dije mil veces que lo pensaras y que no quería que te equivocaras, que eso no era cualquier cosa para mí, etc. Cada cosa que decía parecía convencerte más para que lo hiciéramos. Y así fue, lo hicimos dos veces y te fuiste a tu casa a las tres de la mañana dejándome con una sensación de bienestar y de inestabilidad muy rar. Quedamos en ser amantes, nada de compromisos molestos de novios, celos, rencores, familias, etc. Íbamos a jugar a ser novios, solo la parte buena de ser novios, total, los dos sabemos que esto es temporal.
Al día siguiente volviste a casa y vimos The Vampire Diaries. No hicimos nada, pero quedamos en volver a vernos y así fue. Ese fin de semana fuimos a la quinta a pasar el mejor fin de semana en mucho mucho tiempo. De todo lo lindo que vivimos voy a rescatar dos cosas.
1) Descubrimos el sexo consciente. Hicimos el amor más que ninguna otra vez, nos conectamos en cuerpo y alma y con cada movimiento, con cada beso, con cada gemido nos gritábamos silenciosa y desesperadamente lo mucho que nos amamos y necesitamos. Tal vez sigas pensando que yo no te amo y que vos no podés amarme pero lo que pasó fue real y los dos lo sentimos. Tal vez yo tampoco esté segura de lo que sinto ni de lo que vos sentís por mí, pero sí estoy segura de que quise dártelo todo en ese momento, de que no existió nadie más que nosotros dos y de que fui completamente feliz y miserable al mismo tiempo. De que eldeseo que sentí superó toda frontera física y sentí esa falta de vos, ese vacío de saber que no nos vamos a tener para siempre a pesar de tanto fuego y energía. No me importa nada, yo sé que en ese momento nos amamos y aunque no lo pueda gritar, lo dejo escrito acá.
2) -¿Cuál es la diferencia entre decir "te amo" en voz alta y decirlo con la mirada?
- La verdad no lo sé-
Así que acá estoy... esperándote, como hace un mes. Te fuiste a San Clemente y ya estoy empezando a notar la diferencia que hay entre ser el centro de tu vida y ser sólo una distracción. Pasó el primer día y no recibí noticias tuyas, si no te hubiera llamado no sabría si llegaste bien o no. T extraño y a pesar de que me muero por andarte un mensajito a cada hora, veo que vos no y no te voy a molestar, el puesto de "polola" no me habilita para eso. Espero que los días siguientes te acuerdes un poquito de mí. Espero que cuando vuelvas y me digas que no estuviste con nadie, me estés diciendo la verdad. Sé que nunca lo voy a saber... creo que tampoco quiero saberlo...
Hablando de Roma
(ahí recibí un mensaje)
QUÉ ESTOY HACIENDO? (escrito en letras torcidas y desprolijas por el llanto)
martes, 23 de julio de 2013
3 de Enero de 2013
Publicado por Belu.M a las 20:32
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