Perturbante

No sé si es algo que les pasa a los bloggers en general o es simplemente una locura mía, pero cuando estoy sola, específicamente en la calle, todo me da ideas para escribir un post en mi blog. Hoy, por ejemplo, después de la rabia que me dio llegar al campo de deportes y encontrar el cartelito que decía "actividad suspendida" (sobre todo después de haber tenido que pasar por la calle de los obreros), me dispuse a calmarme y disfrutar del río. Me habría sacado fotos, pero con la inseguridad de ahora ni siquiera al lado de prefectura uno se siente feliz para sacar su cámara recién comprada con los ahorros de la fiesta de quince; cualquiera que no lleve traje tiene pinta de querer robarte (sí, el síndrome del comprador perseguido). La cosa es que después de respirar un poco de aire porteño y atarme los cordones en un banco de puerto madero se me ocurrió un juego. Estereotipar a cada persona que pasara al lado mío. Había de todo: madres solteras, fracasados, maestras de cuarto grado, cuarentón que vive con la madre, empresario con el pene chico. Realmente fue divertido y ayudó a despejarme. Cuando llegué al colegio me di cuenta de que todos los días veía gente rara en el subte, en el colectivo, en las calles, en el cole... parecía que pasaban desapercibidos pero en realidad siempre hay alguien que desvía la mirada de sus apuntes o de su libro para observar a su alrededor. Por ejemplo, el otro día viajaba con mi papá en la línea D del subte; yo estaba sentada comiendome un paquete de melbas y él parado hablando con mamá. A mi lado había un muchacho de unos 26 años y un nene de esos que venden cosas. En el asiento opuesto había una señora. A simple vista era una señora común y corriente, pero algo me llamó la atención de ella. Su mirada... era perturbadora. Parecía aterrada, como si estuviera viendo un fantasma; y nadie lo notaba. Nadie le preguntó qué le pasaba, si estaba bien. Nada. Estación 9 de julio, combinación con las líneas B y C. Nos bajamos y, aunque las puertas se cerraron detrás de nosotros, seguí con la mirada a la mujer que seguía viendo con el mismo horror en su cara aquél rincón del subte.
Así como esta mujer, día a día me encuentro con gente loca, desalineada, interesante, atractiva... que me parece que merece un espacio en mi blog :) por lo menos para rellenar cuando no tenga nada interesante para contar.