lunes, 26 de octubre de 2015

Lucid

Estaba en su casa, pero en la que ya no era su casa. No se veía de esa forma tampoco. El baño era muy lujoso, las cerámicas de la mejor calidad, el cielo raso sin un rastro de humedad, todo hacía juego. El bidet no estaba ocupando su lugar, sino que de hecho estaba en una ubicación bastante poco práctica, impidiendo que la puerta de entrada se abriera a más de 60 grados, lo cual provocaba que el espacio de tránsito se redujera a unos 40 centímetros. Al lado había un pequeño mingitorio, como los que ella imaginaba que había en los baños de jardín de infantes. Se extrañó y se enojó un poco con su madre por haber hecho una compra tan inútil, más considerando que el único niño que podría haber hecho uso del dispositivo estaba a punto de irse a vivir a más de 900 km de distancia.
Salió del baño con esto en mente y pasó frente al espejo que siempre había estado en el medio del living, pero que ya no debería haber estado ahí por el reciente ataque que había sufrido por parte del más pequeño de los niños que habitaba actualmente la casa. Caminó dos pasos de más y los retrocedió ubicándose frente a frente con el espejo. En ese momento comprendió lo que le venía gritando su instinto más profundo. Se alegró y se concentró con todas sus fuerzas para quedarse en ese lugar en el que todo estaba permitido. Ella era dios. Luego de unos segundos volvió a sentirse estable y tuvo el mismo pensamiento que tenía siempre. Tenía que ir a buscarlo.
Salió de la casa y luego de un corto trote se zambullió en el aire y salió despegada. Solía dejar los brazos pegados al cuerpo para volar, probablemente en su cabeza se cumplían las leyes de la aerodinamia. Recorrió un par de cuadras antes de recordar que eso nunca funcionaba. Siempre que quería ir a buscarlo se perdía en el camino o se olvidaba de donde estaba. De todas formas, pensó, ni siquiera sé por qué querría ir a verlo a él. Entonces fue cuando se acordó de los días anteriores y del consejo que se había dado a sí misma.
Cambió su rumbo de inmediato. No sabía dónde vivía ella, pero sí donde podría encontrarla en su cabeza, ya que había sido el lugar en donde más veces la había visto en la vida real. Aterrizó en esa manzana con unas ganas de vomitar terribles. Ni siquiera sabía que eso era posible en sueños. La vio parada fumándose un cigarrillo al pie de las escaleras. Quería salir corriendo, supo que estaba haciendo lo que debería haber hecho hacía mucho tiempo atrás. Ahí estaba la profundidad de su miseria, no había sido él, su problema siempre había sido ella y no terminaba de entender el por qué. Era hora de sincerarse.

viernes, 23 de octubre de 2015

Lo que pasó mientras no prestaba atención

¿Cómo decirte esto sin que suene como una despedida? Porque realmente no creo ni siento que lo sea.
El sábado nos vimos. Dormimos juntos después de tanto tiempo y se sintió natural. Obvio, sos tan parte de mí que a veces me cuesta distinguir que no sos más mi realidad. Me refiero a que cuando estábamos acostados en la cama mirando ink máster, o jugando a la play, o cenando... En ningún momento se me pasó por la cabeza pensar lo loco de todo eso. Dos personas que no se veían hace 10 meses, que tienen toda una relación por detrás se juntan y la pasan bien como si nada. Sin pensar en consecuencias, sin pensar en causas o razones. Sin pensar. Y vos sabés lo difícil que es para mí no pensar. Sin embargo me salió así, no sabría explicar cómo ni por qué.
A pesar de todo esto, vos lo sabés, no hace falta que te lo diga. Y sabés que yo sé. Lo perdimos, mi amor

viernes, 16 de octubre de 2015

El subidón de autoestima de siempre

Ególatra Jajajaja

Habló jaja

Es parte de mi encanto

También del mío

Tenes mayores

Ay, me pongo colorada (?

No me tires la lengua

Yo que pense que no querías decirme
Que otros encantos tengo?

Física o mentalmente querés tus encantos?
Solo podes elegir uno
Pensalo bien

Mentalmente

lunes, 12 de octubre de 2015

Me estás sonando a pifie

Todavía no aposté pero viste cuando ya sabés que la estas pifiando? Me estas sonando a pifie. A que no va a salir y a que mejor dejarlo como está que así no se rompe. No se si fue tu amiga (tu bendita amiga) la que te dio una cachetada de razón e impidió que nos juntáramos para hacer cagadas impunemente, o fuiste vos el que se dio cuenta de que la estaba embarrando hasta el codo, sólo se que no nos vimos.