I lost it

Me hice cargo de tu luz y se me apagó. ¿Cómo podría juzgarte por dejar de elegirme?
Si puedo. Me hice cargo de tu luz y me quemé con ella. ¿Quién podría juzgarme por alejarme de ese fuego?
Y sigo dándole vueltas al asunto. Porque todavía no me deja dormir. Porque aún hoy sigo soñando. Mi primer pensamiento de la mañana se me escapa. Y se suponía que debía ser mio. O al menos no tuyo. Vos no existís mas. Aunque si. Existís y me visitas por acá. Venís a darle de comer a esto que abandonaste. No sé si porque no podes dejarlo morir o simplemente porque un poquito lo extrañás.
Por otro lado, lo más seguro es que le esté dando demasiada importancia a esto. Buscándole un propósito a lo que existe porque si. Preguntando por qué, por qué, por qué. Todo tiene un por qué no? Por qué escribo acá? Tan importante es sentirme presente al menos de alguna forma en tu vida? O sólo busco mantenerme comunicada con la única persona que sentí me conoció en lo más bajo y profundo de mi ser? Acá digo mucho más de lo que hablo. Este blog es mi debajo de las sabanas. No hay consecuencias. Sin embargo a veces pienso que las busco. Esas consecuencias que tal vez no se ven ni se hacen sentir desde este lado de la cortina, pero que me tranquiliza pensar que de alguna manera u otra existen. Porque si ellas no existieran, yo tampoco. Y yo quiero existir. No quiero morir. No estoy muerta, no importa lo que pienses, yo estoy acá.