Qué miedo me da nuestra relación. Hoy estoy como si nada de estos últimos 9 meses hubiera pasado. Ya debería empezar a asumir que cada aparición tuya es sólo un recreo de la realidad, y la realidad es que no somos. Vos y yo no somos. Ni novios, ni amigos, ni enemigos, ni viejos conocidos, ni amantes. Si aparecés, bienvenido seas, yo te amo y siempre voy a hacerlo, porque te conozco, y sé que sos egoísta, sé que tendés a la autodestrucción, sé que sos frío, que no me querés más que a nadie, sé que me subestimás, que te odiás, que te creés superior, que sos soberbio y que nada de lo que yo diga va a hacerte cambiar (de opinión, de posición, etc.). En fin, amo tus virtudes y la mayoría de las veces también tus "defectos".
Lamento informarte que si hoy estás enojado o dolido es por la simple razón de que estás enamorado de mí. No me parece mal que lo niegues, así como también negás el hecho de que yo te ame. Es una forma fácil de ver las cosas, aunque a mí me sirve más la aceptación, me ayuda a entender las cosas. Tu inconsciente opta por ese mecanismo de defensa, la negación. El mío me ataca todas las noches impidiéndome descansar tranquila, trayéndote a todos mis sueños y luego obligándome a recordar. Es el precio que debo pagar para estar en paz con vos y conmigo misma, prefiero eso a odiarte sin razón y vivir con el rencor hirviéndome la sangre a cada minuto.
Lo cierto es que creo que vamos a encontrarnos nuevamente, por eso no voy a forzar un reencuentro. El azar va a hacer con nosotros lo que le plazca. A menos, claro, que seas vos el que fuerce nuestro encuentro. Si ese es el caso, también lo acepto. Mmm creo que lo mejor sería que no volvieramos a frecuentarnos. Si volvés a mí creo que lo más sano para ambos sería dejar las cosas en buenos términos y seguir ignorándonos. Aunque eso me calmaría sólo a mí, por supuesto. Nunca fuiste partidiario de dejar las cosas por la mitad, de cortar por lo sano. Siempre esperaste a que alguno de los dos rayara un límite. No, mentira, siempre esperaste a llegar vos a tu límite.
En fin, voy a esperar a que la psicóloga haga su trabajo como es debido, mientras tanto, llorar de vez en cuando y escribir acá me ayudan a liberar los estados de tensión que me provocan tus constantes recuerdos.
viernes, 10 de octubre de 2014
El 111 azul y yo
Publicado por Belu.M a las 16:46
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