Ey, hola. Extraño decirte hola. Creo que es obvio que todo lo que le digo a la gente es una gran mentira. El habernos separado tantas veces no me preparó para esto de vuelta. Sí, puedo continuar con mi vida casi normalmente, pero hay algo que definitivamente está mal. Y casi que lo siento en todo momento. Me faltás y mucho. Es mentira, te mentí cuando te dije que sin vos no puedo seguir... aunque en ese momento lo sentí (claramente estaba teniendo un ataque de angustia, o lo que ahora llaman ataques de pánico), lo cierto es que no quiero vivir sin vos, no me gusta. Todos me dicen que es lo mejor, que si estoy enamorada de vos, lo mejor es que no nos veamos más. La mayoría del tiempo yo también lo creo. Pero te extraño, y me duele que las cosas terminen así. Siento que nos faltó probar algo... alguna forma para poder seguir juntos, como amigos hablo. O lo que sea. En realidad sigo convencida de que no podemos ser pareja, pero en lo más recóndito de mi ser sigue estando esa idea. Te sigo soñando así. Te sigo soñando. Todas las noches desde que me dejaste. Sabés que tengo un problema con las cosas sin concluir, presiento que si no le doy un cierre a esto en algún momento de mi vida, voy a soñarte hasta el día en que me muera. Sé que eso a vos no te importa... pero necesito decirlo.
El viernes empiezo la psicóloga. Creo que un poco es eso lo que me provoca este malestar. Eso y las meras tres horas de sueño que tengo encima. Y como no? también haber visto hoy a Juan, que vino a verme bailar. Él siempre tan fiel. Me hizo acordar al día ese del polo. Qué bien estaría hoy si no hubieras ido con él. Qué bien estarías vos también, no? Mi amor... creo que no puedo llamarte de otra forma... nada me queda más cómodo. Me siento tan patética, tan neurótica, tan angustiada.
Aunque tal vez no seas sólo vos. También es soportar la situación de Santi como una lady. Mirarlo y decirle que lo que me ofrezca está bien, que no tiene que sentirse incómodo conmigo porque mi prioridad no es estar con él sino ser su amiga y que no pretendo cambiarlo. Lo cierto es que no miento ni un poco cuando digo todo eso, pero hay un subtexto que me guardo para mí. Es que a él también lo extraño y me gustaría que me tratara como antes, que derribe esa pared que construyó entre nosotros para no tener quilombos con guille. Pienso que no vale la pena lo mal que lo está pasando por ella, él simplemente no debería cambiar, por mucho que le guste guille. Él es hermoso como es y así, en esa relación, se oscurece y vive triste. Pero claro... como hay una distancia de 3 años luz entre nosotros no puedo decirle nada de esto. A él no le interesa escuchar nada de lo que tenga para decir. De repente ya no soy tan importante.
Y esta muñeca... será que siempre que me peleo con vos me lesiono? La rodilla, el hombro, la muñeca. Estoy harta. Harta de estar condicionada por mi psiquis en mal estado. Cansada de que el fracaso en un ámbito de mi vida haga un efecto dominó y arrase con todo lo demás. Sólo quiero que todo vuelva a como era antes. Quiero un poco de paz, por favor. Serías tan amable de mandarme un mensajito para decirme que todavía me querés un poco? Realmente me vendría muy bien.
Sabés que podría ir a buscarte en cualquier momento, verdad? Querés que te diga por qué no lo hago? En realidad hay varias razones, entre ellas el miedo. No sé con qué me podría llegar a encontrar y tampoco sé qué tendría que decirte. Pero lo que siempre se me viene a la cabeza cuando pienso en volver a verte es que es más fácil estar enamorado de una sola persona y que volver sólo te complicaría la vida. A vos y a mí, claro. Pero creo que más a vos... porque yo estaba manejando bastante bien el hecho de amarte y aceptar que ames a otra mujer. En cambio vos... Vos lo querés todo.
Ya no sé qué hacer. Sólo puedo escribir acá para que no me leas ni por casualidad. No me animo a dejarte que me leas. Por miedo a que me leas. Por miedo a que no me leas. Prefiero no darte la oportunidad de rechazarme otra vez. Ay qué feo es el rechazo, me hace llorar de sólo pensar en él. No quiero más ser rechazada. Me duele estar sola.
domingo, 26 de octubre de 2014
Carta a Juan Martín (1)
Publicado por Belu.M a las 21:45 0 susurros
lunes, 20 de octubre de 2014
Señor, me siento muy identificada con usted y este entero blog me sirve de prueba
Publicado por Belu.M a las 0:07 0 susurros
viernes, 10 de octubre de 2014
El 111 azul y yo
Qué miedo me da nuestra relación. Hoy estoy como si nada de estos últimos 9 meses hubiera pasado. Ya debería empezar a asumir que cada aparición tuya es sólo un recreo de la realidad, y la realidad es que no somos. Vos y yo no somos. Ni novios, ni amigos, ni enemigos, ni viejos conocidos, ni amantes. Si aparecés, bienvenido seas, yo te amo y siempre voy a hacerlo, porque te conozco, y sé que sos egoísta, sé que tendés a la autodestrucción, sé que sos frío, que no me querés más que a nadie, sé que me subestimás, que te odiás, que te creés superior, que sos soberbio y que nada de lo que yo diga va a hacerte cambiar (de opinión, de posición, etc.). En fin, amo tus virtudes y la mayoría de las veces también tus "defectos".
Lamento informarte que si hoy estás enojado o dolido es por la simple razón de que estás enamorado de mí. No me parece mal que lo niegues, así como también negás el hecho de que yo te ame. Es una forma fácil de ver las cosas, aunque a mí me sirve más la aceptación, me ayuda a entender las cosas. Tu inconsciente opta por ese mecanismo de defensa, la negación. El mío me ataca todas las noches impidiéndome descansar tranquila, trayéndote a todos mis sueños y luego obligándome a recordar. Es el precio que debo pagar para estar en paz con vos y conmigo misma, prefiero eso a odiarte sin razón y vivir con el rencor hirviéndome la sangre a cada minuto.
Lo cierto es que creo que vamos a encontrarnos nuevamente, por eso no voy a forzar un reencuentro. El azar va a hacer con nosotros lo que le plazca. A menos, claro, que seas vos el que fuerce nuestro encuentro. Si ese es el caso, también lo acepto. Mmm creo que lo mejor sería que no volvieramos a frecuentarnos. Si volvés a mí creo que lo más sano para ambos sería dejar las cosas en buenos términos y seguir ignorándonos. Aunque eso me calmaría sólo a mí, por supuesto. Nunca fuiste partidiario de dejar las cosas por la mitad, de cortar por lo sano. Siempre esperaste a que alguno de los dos rayara un límite. No, mentira, siempre esperaste a llegar vos a tu límite.
En fin, voy a esperar a que la psicóloga haga su trabajo como es debido, mientras tanto, llorar de vez en cuando y escribir acá me ayudan a liberar los estados de tensión que me provocan tus constantes recuerdos.
Publicado por Belu.M a las 16:46 0 susurros
lunes, 6 de octubre de 2014
Lo que le voy a decir a la psicologa (15.9.14)
Hola, yo soy Belén, tengo 20 años. Sí, mi papá es policía. Suboficial mayor. Retirado. 63505/5. Bueno,por varias razones creo. La principal es porque me siento sola. Me pasan cosas como a todo el mundo, problemas con mis viejos, con mis parejas, complejos de personalidad, pero creo que la razón principal es porque no siento que pueda confiarle mis problemas a nadie. O bueno, a nadie no... hay alguien, pero no quiero que siga haciéndome de psicólogo, creo que es muhca carga para nuestra relación. A ver... tengouna hora para contarte algo de mí, creo que voy a empezar por el principio. Yo vivo con mi mamá, mi papá y dos de mis tres hermanos mayores. Mi mamá creció en una casa en la cual su mamá no les daba ni 5 de bola, su papá, alcohólico y ella, junto con su hermana un año mayor, tuvieron que hacerse cargo de mucho más de los que dos nenas de 10 y 11 años deberían. A los 13 conoció a mi papá, 13 años más grande que ella y se pusieron de novios. A los 16 se casaron y a los 19 lo tuvo a mi hermano Matías, después de un primer embarazo perdido. Tres años más tarde nació Fede, cuatro más tarde que eso, Luciano y finalmente, a los 34 años me tuvo a mí. Mi mamá es la persona más cariñosa del mundo, con mis hermanos siempre dijimos que había nacido para ser mamá, hasta que la vimos ser abuela. Tal vez el hecho de que nuestro papá haya sido como fue incrementó esa impresión y esa adoración que tenemos por ella. Obvio que tenemos diferencias, como toda madre e hija, pero yo soy consciente de todas sus virtudes y la valoro muchísimo.
Ahora voy a contar algo sobre mi papá. Tal vez sea necesario entender más a ete personaje ya que es uno de los que más genera conflicto en mi vida. Mi papá nació en un barrio cheto, en una casa no tan cheta. Su papá era ordenanza en el juzgado de la nación. De su madre no sé mucho,sólo que no era la primer mujer de mi abuelo y que tenía problemas para tener hijos. Dos años después del nacimiento de mi papá, falleció intentando dar a luz a un bebé que nunca vivió. Mi papá, José es su nombre, creció sin la figura de uina mujer en su vida y a los 17 años perdió también a su padre. Por lo que sé mi abuelo era una persona bastante estricta, como solían ser los padres en esa época, pero adoraba a José. Él lo tiene en un pedestal. Creo que por eso no soporta que nosotros lo juzguemos tanto, la imagen que él tiene de su padre es intachable. Con mi hermano Matías, el mayor, tuvo una relación muy complicada, pésima diría yo. Lo trataba muy mal y le pegaba. En cambio, con Federico tuvo adoración. Mi teoría es que esto pasó a causa del parecido que tiene Fede con mi mamá y la obsesión que tiene José con ella. Matías siempre me cuenta que a él le dolía mucho ver que con Fede mi papá jugaba y con él no. Pasaron los años y el tiempo lo ablandó, o mi mamá lo hizo a charlas largas y tortuosas. A Luciano y a mí nos tocó algo diferente. Papá no jugaba con nosotros tampoco, nunca supo cómo crear un vínculo. Digamos que su prioridad siempre fue mamá y los celos que sentía por nuestra relación con ella no le permitieron construir algo con nosotros.
Hay que darle crédito por algo, trabajó toda su vida para que no nos faltara nada. Pero yo pienso que a veces las mayores faltas no son materiales. Y lo pienso cada vez más cuando veo las hermosas relaciones que tienen mis amigos con sus padres. El pasto del vecino siempre es más verde. no?
Publicado por Belu.M a las 19:57 0 susurros
Psicología Médica. Mecanismos de Defensa del inconsciente: Identificación con el agresor.
Estamos las dos en esta fiesta. Como si nada hubiera pasado, ambas ayudamos con los preparativos antes de que llegue el resto de la gente. Quedamos solas, sé que viene una charla incómoda, pero antes de que pueda escapar ella pregunta "qué pasa?". Creo que si alguien estuviera en esta habitación trataría de agudizar el oído para ver qué fue lo que provocó esa pregunta, pero yo sé exactamente de lo que habla. Y ella, a su vez, sabe que yo lo sé, o al menos lo intuye. Dos amigas que hablan todos los días, que confían la una en la otra, que pasan muchas horas al día juntas. De repente, una cae enferma y no puede salir de su casa por tres o cuatro semanas. La otra no la llama ni una vez para ver cómo anda, simplemente sigue su vida como si su amiga nunca hubiera existido, y hasta llega a disfrutarlo. Al volver al mundo exterior, nada es igual, algo se rompió o se perdió. Obviamente está confundida y quiere una explicación por mi repentino desinterés. No entiende o no quiere creer que simplemente dejó de interesarme. Sucede que el tiempo que utilizaba en su amistad pasé a gastarlo en otras cosas que ahora no estoy dispuesta a abandonar para recuperarla. Es tan obvio como que no me importa más. No, no dejé de quererla, sólo perdió su encanto. "Nada, por?" Respondo con una sonrisa ingénua. El silencio. Debe estar librándose una gran batalla en su interior. Ella sabe que sé a lo que se refiere, pero no se anima a ponerlo en palabras. Decir una idea implica hacerla realidad y hay ciertas ideas que preferimos que no sean del todo verdad, convencernos de que son producto de nuestra imaginación. Sin embargo, tampoco quiere creer que es sólo su imaginación, si expresa su idea y mi respuesta es que es sólo una mala impresión suya, nada cambiaría: yo seguiría evitándola y ella se quedaría sin respuesta y con la sensación de estar imaginando cosas. Nadie quiere sentirse un loco. El silencio continúa, son sólo unos segundos pero parecen durar horas. Me mira, con esos ojos que lo dicen todo "dale, vos sabés". Sí, lo sé. Sé también que te sentís desamparada hace días y que darías lo que fuera porque alguien te pregunte cómo estás. Y qué mejor si ese alguien fuera yo. No, disculpame pero no voy a ser yo quien te lo pregunte. Sé que parece cosa fácil pero no lo es. ¿Nunca pensaste por qué la gente que no te conoce o con la que no tenés vínculo te pregunta "cómo estás"? Es simple, si no hay suficiente confianza siempre vas a responder que estás bien, a no ser que estés realmente mal y te sea imposible disimularlo. En ese caso, el diálogo sería más o menos así: "Ey ¿Cómo andás?" "Y... ahí ando, como puedo" "Uh pasó algo?" "Ando con unos temas un poco complicados" "Bueno che, todo va a estar bien, ya vas a ver. Llamame por cualquier cosa que necesites". Chau, nunca más. Esa persona te está diciendo sin ningún compromiso alguno que todo lo que está mal en tu vida va a resolverse solo, y como si eso fuera poco, te ofrece su ayuda sólo porque sabe que no se la vas a pedir. En cambio, yo corro el riesgo de que sí me cuentes lo que te pasa y que sí esperes mi ayuda. Lo cual no sería tan malo si no requiriera hacer un seguimiento de tu problema y escucharte quejarte siempre de las mismas cosas. Tal vez desee ayudarte, pero no voy a poder hacerlo y voy a sentirme mal por ello, sentirme inservible no es algo que desee realmente. Eventualmente voy a pensar que tu problema no es otra cosa que vos misma deseando estar mal y voy a querer dejarte sola. Lo que me va a generar un sentimiento de culpa que tampoco deseo. Ya me desligué de vos y de todos tus problemas, lo lamento, pero no me interesás más como amiga, como persona, como consejera ni como nada. "No sé qué decirte, la verdad" Le digo y salgo de la habitación dejándola con un sabor amargo en la boca. No te preocupes, no ser correspondida es el sentimiento más horrible del mundo, por lo que tu organismo va a generar anticuerpos rápidamente. Ni bien asumas y asimiles el hecho de que no me importás más, vos misma vas a dejar de preocuparte e interesarte por mí. La indiferencia se paga con indiferencia.
Publicado por Belu.M a las 19:25 0 susurros