lunes, 11 de noviembre de 2013

13/11/10

El domingo ella le dijo Siento que algo malo se está formando y que cuando pase me voy a decir a mí misma "cómo no me di cuenta!?". Él respondió Seguro estas exagerando, para el lunes se te va a ir. El lunes su sensación se esfumó al verlo. Una sensación sin fundamento, pensó. ¿Qué podía ir mal? Su vida era perfecta. Su hombre, ideal. Vivía en una utopía, una fantasía con chicos malos y príncipes azules. Claro que en los cuentos de hadas los chicos malos siempre perdían. Ella había crecido con esas historias, le resultaba difícil creer que algo podía salir mal. Soon or later you'll be able to get me out in person... lo estaba esperando, realmente lo deseaba. ¿Pero qué pasaba con ella? ¿No sabía que él era una persona peligrosa? Claro que sí. Pobre imbécil, le gustaba la adrenalina, se creía intocable. Creía que su príncipe azul acudiría en su ayuda si el chico malo quería apoderarse de su mente. No pensó en el hecho de que príncipe y villano eran una misma persona. ¿O sí lo hizo? ¿Fue tan idiota de pensar que podría soportar los trucos de aquel jóven? ¿Pensó que él se abstendría de jugar con ella si tenía la oportunidad? Ja! Qué ilusa fue.
Se dejó impresionar por un jueves que describía a la perfección su vida impecable. Irradiaba felicidad. Casi quería cortarse las alas para nunca escapar de allí, quedarse con su hombre para siempre. Cada una de las palabras que había dicho, ella las creyó, las hizo su objetivo, las pensó cada vez más cercanas. Ay de mi! Ese ángel era todavía muy jóven, se notaba su falta de experiencia. Se había dejado lastimar. Cómo le dolía el pecho. Ese anillo la quemaba. ¿Por qué amaba tanto a la causa de su dolor? ¿Por qué lo necesitaba tanto para seguir viviendo? Él se había convertido en su ángel. También en su demonio. Y cuánto lo amaba... Día y noche pensaba en él. Ella vivía para él.