martes, 10 de septiembre de 2013

En bruto

Existen muchas razones por las cuales escribo en prosa y nunca en poesía. La más simple de todas es que la poesía tiene un orden y una estructura. Yo disfruto de llevar mis pensamientos directamente a las palabras sin ordenarlos. Plaf. Y ya nació un texto. Un texto espantoso y desordenado, pero un texto al fin. Si trato de ordenar mis pensamientos, los modifico y ya no son lo que eran. Voy a intentar hacer lo que hago usualmente pero darle forma de versos... algo así como un fluir de la consciencia poético. Es lindo experimentar.

Sin revisiones


Oh reloj, trata de olvidar
que alguna vez no quisiste marcar
los segundos, los minutos y la sangre
si no era por aquel maldito hombre.

Deja ya de intentar
tus manecillas girar
hacia el lado contrario
no hay más que mirar.

Tu sabes bien,
lo quieras o no,
que apurar no sirve de nada
el pulso es uno y uno eres tú.

Ya no oyes aquel tic tac
el que te hacía gozar
el que querías imitar
el que quisiste cuidar.

Solos, tú y yo, en este cuerpo
tratando de no quebrarnos
de remendar y de borrar
aquel tictac que nos hizo llorar.

Si tan sólo hubieras escuchado,
mis advertencias no haber ignorado
igual habría sido el final
pero antes habría terminado.

Por tí lloro todas las noches, reloj
porque una gran pena me generas
siempre soñando en tu mundo
pero nunca tus alas despegas.

Aquí estoy para cuidarte
A pesar de nunca coincidir
nosotros, corazón y mente,
juntos hemos de morir.