sábado, 19 de septiembre de 2015

Te amo

Superficialmente. No física, pero superficialmente. Me gustan tus maneras, tu lenguaje, tu forma de relacionarte conmigo. Me divierto con vos, disfruto cualquier presente al lado tuyo, eso lo sabemos los dos desde siempre. "You want to be with me, right now. No matter when you read this". Amo que seas feliz. Tu felicidad me da paz.
Pero estás estancado. No tenés proyectos, y si los tenés, no te animás a hacer nada por llevarlos a cabo. Ni siquiera puedo decir que vamos por caminos diferentes porque vos no vas por ningún camino. Vos te sentaste ahí a un costadito porque te dio miedo seguir cayendote. No te juzgo, obvio, te amo. Pero un poco me molesta verte anclado. Yo tengo miles de proyectos en la cabeza. Y si, mil de ellos mueren en una libreta, pero otros cien están gestándose y evolucionando poco a poco.
Mi amor por vos es atemporal porque no está ligado a nada más que a vos. Parece idiota decir esto, pero no. El amor de pareja también tiene que ver con amar la vida que el otro lleva. Todo lo que amo de vos no tiene nada que ver con mi vida ni con la vida que quiero para mí. Incluso tus aspiraciones, que también amo, no tienen nada que ver con la vida, ya que están muertas en algún lugar de tu mente, rodeadas de inseguridades. No podemos recorrer la vida juntos porque te convertiste en un ancla. No tiene nada que ver el hecho de que hayas terminado o no el secundario, o la carrera o el negocio. La clave está en que no miras para adelante. Vivís cada día como si fuera igual al anterior y al siguiente. No vas hacia ningún lado porque estás paralizado por el miedo a fracasar.
Renunciaste a la vida, yo a vos.