viernes, 7 de abril de 2017

Nothing else matters

Está ese tema de fondo. Porque amerita. Un poco te odio por hacer que ahora lo relacione directamente con vos.

 Me di cuenta de que ya no es divertido. Sé que no estás listo para cual sea la opción alternativa a cortar las cosas conmigo, así que ya sé que esto sólo significa una cosa. Me gustaría decírtelo en la cara pero necesito que sea ahora porque necesito ocuparme de mí el resto de la semana y para eso es indispensable que deje de pensar en vos. El hombre del tren me regaló la flor porque me vio llorando. Esa fue la primera pista de que esto ya no estaba siendo divertido. Cuando terminé de decir que no quiero pedir permiso para abrazarte, para mandarte un mensaje, para mandarte videos de gatitos; que no quiero darte besos a escondidas, que quiero caminar de la mano con vos y cogerte cuando tenga ganas; que no quiero vivir esto a medias... Cuando terminé de decir todo eso se me quebró la voz y tuve la segunda pista. La tercera y última fue que de vuelta me puse a llorar por pensar en que vos estás en una posición cómoda teniendo postre en casa y en el trabajo y que, lamentablemente, no tenés o no te genero la motivación suficiente como para moverte de donde estás (no importa si esto es cierto o no, sólo lo que me produjo pensarlo).

 Hoy lloré dos veces. Hace realmente no sé cuánto que no lloro por un flaco. Esto ya no está bien. Perdón, sé que no estás en tu mejor momento como para leer todo esto que te estoy escribiendo. Pero necesito hacerlo, necesito enfocarme en mis cosas. Y si no estás conmigo, estás en mi contra (jaja es muy boludo decir esto así, espero que entiendas lo que quise decir). No voy a ser tan necia de pensar que puedo consolarte y contenerte sin salir lastimada. Y no voy a lastimarme a propósito, Dami. Ya no soy así. En cierta forma agradezco no ser tu único consuelo.

 Sé que yo no tengo nada para ofrecerte, sólo soy una soñadora y a vos te gusta tener la casa con los gatos, salir al cine los domingos, tal vez algún día tener hijos y una vida regular. Yo no me conformo con regular. Yo me juego todo lo que tengo por la posibilidad del 10, por eso me voy. Siento que podría ser un 10 en tu vida y que te lo estás perdiendo por mantener tu regular. Pero bueno, hay que tener muchos huevos para jugarse por el 10. Evidentemente ya me importa todo un carajo, sino no te estaría diciendo esto.

 De vuelta te pido disculpas por decirte todo esto por acá y por no hacerte caso de no pensar, pero en este caso es mejor hacer las cosas en caliente porque sino después me olvido de que la pasé mal y lo minimizo. Porque después pienso en cómo me siento cuando me besás o me acomodás el pelo y me convenzo de que en realidad no la estoy pasando tan mal. Y bajo la cortina de "vivir el momento" me voy haciendo mierda de a poquito.

 No te pongas mal, mañana entreno y me siento mejor, lo sé. Por suerte me di cuenta bastante rápido de las cosas, así que no va a empeorar. Te quiero. Muchísimo. Ojalá te dure poco el estancamiento, merecés vivir la vida que tengas ganas de vivir. Adentro tuyo sabés cuál es esa vida. Hacé un poquito de silencio y vas a saber todo: cuál, cómo, por qué, todo.

martes, 4 de abril de 2017

Estoy perdida. Creo que nunca me había sentido tan atrapada en mi propio cuerpo como ahora. Desde el viernes que todo me resulta insoportable. No, Damián, mi mundo no gira alrededor tuyo. Mi mal humor no era por vos, aunque un poco sí para alejarte de mí y que no me hablaras. Haru, me hubiera servido un abrazo. Ced... No cuestiono tus intenciones pero sí tus métodos. Dije que tenía extrañas ganas de emborracharme un domingo a la noche y no pude esperar a drogarme para dejar de sentir por un rato. Entiendo que hayas pensado que distraerme era lo que necesitaba, pero evidentemente no. Tu estúpida apuesta me dejó más vulnerable de lo que ya estaba. Sabés lo que cuesta volver a ponerse los escudos una vez que te los sacás? Mucho, entré en pánico. Tuve miedo de verdad.