Sentada allí, nadie la veía. Pasaban a su lado cual si fuera una parte más del paisaje cotidiano. Quizas alguno percibía su presencia, pero seguía sin verla, sin conocerla. Pues claro, ¿Cómo podía alguien verla si ella misma se declaraba invisible? Y no le importaba, simplemente lo aceptaba y abrazaba a su soledad como si fuera su única amiga. No conocía el calor de las caricias, ni el sabor de un beso o la melodía de su propia risa. Sus oídos conocían todas y cada una de las voces que captaba; conocía a cada uno de sus dueños, en cambio ellos, no figuraban ni un aliento que saliera de su boca. Así, ella recorría el mundo como un fantasma decorando el escenario; los actores estaban demasiado ocupados para alguien como ella.
Subía y bajaba escaleras ¿buscando qué? Un propósito tal vez, una motivación. Algo que la ayudara a brillar de nuevo. Pero no, eso a ella no le importaba. Entonces... ¿Qué le importaba?¿Para qué vivir sin un objetivo? Eso mismo se preguntaba ella. Pero había algo que no podía ignorar, ese sentido de supervivencia que tienen todos los humanos. Sentía la necesidad de despertarse cada día, ver a las mismas personas, escuchar las mismas voces, caminar por los mismos lugares, subir las mismas escaleras.
Y de vez en cuando se cruzaba con otro de su especie. Nadie los notaba, pero entre ellos sabían reconocerse fácilmente. La sonrisa falsa los caracterizaba. Una mirada y nada más, después, cada uno seguía con su vida, como si no existieran; seguían el ejemplo de la masa.
Ella se pasaba horas y horas pensando en una frase que había escuchado en una canción ¿Era realmente mejor asumir la cobardía de huir a la responsabilidad de vivir? Siendo cobarde y huyendo, no viviría; pero tampoco siendo responsable lo hacía, eso no era vivir. Entonces era cuando tenía dos alternativas, terminar con eso de una vez, o esperar a que termine solo. En definitiva, vivir era la manera más larga de morir. Camino largo, camino corto. Su decisión estuvo clara; no lo podía evitar, era humana.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Invisible (La verdadera versión)
Publicado por Belu.M a las 21:27
Etiquetas: Algo que escribí hace mucho
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