Quiero dejar de escribir idioteces que no vienen de mí sino de una persona que aparece cuando las emociones me invaden y me apabullan. Quiero dejar de hacer preguntas que no tienen respuestas y dejar de llorar por razones que no existen más que en mi mente. Quiero poder vivir ese momento de paz sin pensar en mí y sin ese dolor en el pecho. ¿De dónde viene esa molestia? Basta. Un suspiro, una mirada, una sonrisa falsa y a otra cosa. ¿Qué me pasa? Maldita adolescencia, sé que engañás mis sentidos y creas un mundo ficticio a mi alrededor que me impide respirar con calma. Lo sé, ahora quiero que dejes de hacerlo por un rato. Si soy lo que dicen, dejame percibirlo a mi también. ¿Tanto te cuesta liberarme de esa angustia que irrumpe en mi garganta? Por primera vez quiero crecer y liberarme de esto que me sofoca. Odio saberme engañada y no poder evitarlo. Duele, duele, duele. ¿Estaré escapando de mi segunda vida para que la primera me acoja y me alivie el dolor? ¿Cuándo voy a poder equilibrarme? Sigo esperando.
viernes, 1 de octubre de 2010
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