¿Realmente creías que podrías escapar de esa mirada? Bienvenido a la realidad, ella te sustenta, ella es tu refugio. Sí, seguí cerrando los ojos, de nada sirve. Ella sigue ahí, detrás de esa cortina, debajo de ese collar, mezclada con el aire que tanto te gusta respirar. No, no intentes ocultarla, ella es parte de vos. ¿Querés liberarte? ¿Te agobia mirarte al espejo y chocarte con esa visión? Mirá un poco más allá. No son sólo dos. Hay un tercer par. Esos ojos son ajenos. Ellos no ven. No ven, pero vos sí los ves. ¿Qué ves en ellos? Vulnerabilidad y fortaleza. ¿Al mismo tiempo? Vulnerabilidad a esa otra mirada pero fortaleza para soportar heridas, ellos podrían sobrevivir. Pero tal vez estés equivocado. ¿Qué sucedería si fueran más vulnerables de lo que pensás? Entonces ¿podrías soportar el panorama de tu reflejo haciendo añicos a esos tan hermosos ojos? Demasiadas preguntas creo yo, pero ¿dónde están las respuestas? No necesitarías respuestas si ese par no estuviera. Deshacete de él entonces. Vamos, ¿qué esperás? No me vas a decir que ahora no podés vivir sin ellos. Por favor, ¿No te importa qué pueda llegar a pasarles? Sos el egoismo personificado. Mirá su pureza. Ahora mirá qué hay a su lado. ¿Creés que podés mantenerla mucho más tiempo alejada de ellos? Ellos la están buscando, quieren aprender a ver. No intentaste bien, es obvio que ellos se iban a rehusar, están hipnotizados. Dejalos ir. ¿Amor? Creí que ya no existía para vos. ¿Ellos? Sobre todas las cosas, pero ¿importa? Claro, cualquier excusa es válida para justificar tu ambición. Sólo quiero que sepas que si esa mirada es responsable de algún mal hacia esos ojos, vas a volver a lo que eras antes. Igual tranquilo, ellos nunca te lo dejarían saber, son lo suficientemente egoistas como para desear que te quedes en este estado de estupefacción que tanto aman, les hace tan bien tu felicidad que no serían capaces de quitártela.
domingo, 19 de septiembre de 2010
sábado, 4 de septiembre de 2010
Cuasicatarsis
Y si aún existiera esa angustia? No había quedado enterrada allá lejos cuando un par de ojos supo verla transparente, bella? Y si todavía no podía admitir que estaba brillando por si misma? Que sucedía si le daba miedo brillar? Si ese autoconvencimiento, que la había salvado tantas veces, esta vez se había vuelto en su contra? No, no podía ser cierto. A quién no le gusta brillar? Cuál es la necesidad de mantenerse bajo la sombra de alguien, o simplemente de dejar alumbrarse por la luz de otro? Esa luz... esa admirable luz. Si tan sólo ella pudiera ver que podría brillar con tanta intensidad como auqella luz que tanto idealizaba. Ahhh pero ella lo sabía. No necesitaba que le repitieran el discurso una y otra vez. Sabía que no importaba cómo brillara para los demás, sólo importaban esos ojos. Cómo la veían esos ojos. Y para ellos, no había otra que resplandeciera tanto como ella. Aún así... qué s lo que estaba mal? Por qué todavía sentía la garganta cerrarse y ese dolor agudo en el pecho? La respuesta era simple. Sabía, pero no sentía. No sentía nada de lo que sabía y decía. Y ese dolor en el pecho la estaba volviendo loca. Ya no podría retenerlo por mucho más. Los ojos la verían, desnuda, mostrando la transparencia de su pena que se escapaba de entre los dedos de su captora. No quería que los ojos la vieran en ese momento en el que nada de luz salía de ella, sólo angustia líquida que, contenida, luchaba por escapar. Al contrario, los ojos se encandilaron por su luz. Ella lo sabía, pero seguía sin sentirlo
Publicado por Belu.M a las 4:04 0 susurros