Si dejé de escribir no es porque no me pasan cosas, sino todo lo contrario. Mi vida pasó a ser un revoloteo de emociones alocadas que van y vienen como un montón de partículas en ebullición chocándose las unas con las otras. Y sin embargo, creo que tomé consciencia de que cada una de mis acciones debía ser medida y cuidada con suma delicadeza. Por el estado actual de las cosas, el soplo de un momento de debilidad, la suave brisa de la desconfianza o cualquier mal humor pasajero puede tener un efecto mariposa y convertirse en una tempestad. Y todos sabemos que luego de la tempestad se acerca la calma, pero el miedo a ella nos hace conformarnos con una lluvia constante y molesta a la que, tarde o temprano nos acostumbramos, o que provoca que nos ahoguemos en nosotros mismos sin poder salir.
Hoy por suerte pude hacer un parate, subirme a una tarima y ver desde arriba cómo vienen las cosas. Por supuesto siempre hay una zona oscura a la que no tengo acceso y por eso es que son necesarias las charlas reveladoras, cansadoras y liberadoras. Cada día me doy más cuenta de que mis acciones son todas guiadas por el miedo a la soledad. Cuando me recuerdan que no estoy sola, ahí puedo remontar vuelo y tomar buenas decisiones.
Amar a alguien es una tarea ardua y requiere de uno un cierto grado de compromiso que, lamentablemente, si no se lo tiene, puede llegar a provocar mucho dolor a ambas partes. A veces el amor no alcanza, está comprobado. Porque nadie puede decir que yo no amo a Juan Martín Cortez y, estoy segura, nadie podría decir que él no me ama a mí. Pero nuestra relación es poco funcional y todavía no entiendo el por qué de aquello. Por qué no podemos ser felices, cuando todo lo que vemos en nuestro futuro es luz? Yo sé que juntos podemos lo que sea y sé que dentro de ese gran abanico de posibilidades se halla la pequeña pero tan obvia de ser felices. El miedo y las pocas ganas de pasar el resto de mi vida luchando por esa pequeña posibilidad mientras me pierdo y me enredo en todas las otras me impide seguir con este circo. Este mes me probó que el amor mueve montañas, pero que la carne se desgasta por el dolor del alma. Y no estoy dispuesta a seguir sufriendo así.
Me duele mucho pensar que él nunca se convenció del todo de mi amor y que si mañana termina todo, va a irse pensando que no lo amé. Pensar mi vida sin él es como imaginarme viviendo en marte, pero creo que debo hacerlo. Esta semana recibí tantas señales, es idiota pensar en eso, pero lo importante no es si eran señales o no, lo que importa de verdad es cómo las interpreté y el valor que les dí sin darme cuenta.
Tengo miedo de dejarlo solo, porque lo amo tanto tanto. Pero no va a dejarme permanecer de otra forma. "Yo creo que amás a alguien o sos su amigo" dijo Stefan. "It's too damn painful" Damon. Y ambos tienen razón. Estoy tan confundida... su cara me confunde, me hace dudar... Y por eso quiero verlo, para que me convenza de no hacerlo. Para que me de las fuerzas que estoy necesitando para seguir adelante. Para no abandonar en este momento clave.
domingo, 27 de abril de 2014
Desorden
Publicado por Belu.M a las 23:27 0 susurros
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